ARYBALLOS

Aryballos.
En Corinto se crearon vasos con funciones domésticas, pero tuvieron especial importancia los vasos cosméticos. Esto fue debido a que una de las fuentes económicas principales de esta ciudad fue el comercio de cosméticos y también de aceites perfumados. Importaban estos productos de Oriente, los envasaban y, a su vez, los exportaban. De ahí la importancia de la cerámica en su economía y de ahí, también, que llegaran a crear nuevas tipologías de vasos para este negocio, como el aryballos.

 El aryballos es un vaso griego de panza esférica , cuello estrecho y boca redonda. Es un frasco pequeño, de entre unos 6 y 15 centímetros que servían para conservar el aceite perfumado destinado al cuidado del cuerpo.

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Arcos del triumfo

Los arcos: funcionaron como unas puertas monumentales que podían tener una o tres aberturas,
flanqueadas por columnas o pilastras que soportaban el entablamento.

                                                           Arco de Adriano en Jerash

Sus fachadas se decoraban con esculturas de bulto redondo o relieves. La zona superior era la que solía reservarse para cobijar la inscripción con el motivo por el que se construía y la dedicatoria y, a menudo, iban coronados por una cuadriga de bronce.

                                                              Arco de la Paz (Milán)
Su significado se relaciona con el de los rituales ancestrales de carácter guerrero en
los que el vencedor atravesaba una puerta sagrada tras el fin de la guerra, dándose así por terminado el
conflicto. No obstante, en el Imperio Romano, esto no deja de ser algo simbólico, ya que el Emperador es
el considerado como vencedor único, y estos monumentos pasan a servir para celebrar sus victorias.

                                                                Arco de Orange
 El arco más antiguo que se conserva es el Arco de Tito, en el Foro, construido en mármol y de una sola
abertura.

Cercanos a este, también en el Foro, se conservan igualmente en muy buen estado el Arco de
Septimio Severo, del s. III d.C., que conmemoraba las victorias sobre los partos,

y el Arco de Constantino, del 315 d.C., que conmemoraba la victoria del emperador en la Batalla de Puente Milvio.

Vías Romanas

La red de vías romanas unía todo el el territorio romano, pariendo radialmente desde la misma Roma. Las vías romanas tienden a nacer con un rol militar, relacionadas con la conquista y pacificación de un territorio. Las vías facilitarán la romanización de los nuevos lugares anexionados, pues a través de ellas se difunden las ideas políticas, religiosas, artísticas… y sirven para cohesionar los nuevos núcleos urbanos. Contaron, a su vez, con un importante papel económico ya que facilitaron los intercambios comerciales entre distintos puntos. Sin duda, las vías romanas, pueden considerarse como uno de los medios fundamentales que permitieron el fenómeno de la romanización.

Las fuentes escritas, que mayor información nos aporta sobre la red viaria romana son el Itinerario de Antonino, el Anónimo de Rávena y la Tabula Peutingeriana

Existían tres tipos de calzadas, las terrenae (de tierra), las glarea stratae (empedradas con guijarros y cantos rodados) y silice stratae ( de piedras de mediano tamano).

Para llevarlas a cabo debían hacerse unos trabajos previos allanando el suelo natural o excavando zanjas. A continuación, la vía propiamente dicha, se confeccionaba en base a varias capas. La capa inferior era el statumen yestaba compuesta de guijarros. Sobre esta venían otras dos capas, rudus y nucleus, compuestas de arenas, arcilla y guijarros, y finalmente, en la parte superior, se disponía la última capa denominada summa cresta o pavimentum que consistía en un pavimento de losas de piedra regularmente dispuestas.

Se ha calculado que la red viaria romana llegó a tener unos 120.000 km de vías principales, sin contar las secundarias o caminos de menor importancia.

Templo de Zeus en Olimpia

Su edificación fue patrocinada por la ciudad de Elis, tras una gran victoria sobre la ciudad de Pisa 472 a.C de cuyo botín salieron los recursos.

El Templo de Zeus fue construido por el arquitecto Libón de Élide, las obras concluyeron en el 457 a.C. El templo, de planta rectangular de 64,12 x 27,68 metros, de orden dórico, períptero hexástilo (con seis columnas en la fachada y trece a los lados), con dos columnas in antis.

El templo consta de pronaos, naos o cella y opistódomos, siendo el naos o cella el doble de ancha y con doble orden de columnas superpuestas.

Se desconoce el criterio de proporciones, pero se rige por el orden, el refinamiento y una serie de correcciones. Se aplicó el principio de contracción de esquina, para corregir las desavenencias de triglifos y metopas respecto a los ejes de las columnas; se estudió la proporción adecuada para el éntasis de los fustes de las columnas; los capiteles adquirieron forma canónica, interdependientes las dimensiones de ábaco y equino y ajustados éstos a la tensión precisa, dada su monumentalidad; por último, los elementos horizontales se someten al efecto de la curvatura, ideal contra deformaciones ópticas.

El templo fue construido en piedra caliza, y las columnas estucada con polvo de mármol blanco para dar la impresión de mármol, este quedaba reservado para la decoración escultórica.

El frontón este es obra de Peonio. Representa la mítica carrera de Pélope en 21 figuras, sus dimensiones son de 26,39 metros de anchura por 3,15 de altura

El frontón oeste es obra de Alcámenes. Representa la lucha entre Lapitas y Centauros en unas dimensiones de 26,39 metros de anchura y 3,17 de altura.

 Las doce metopas del templo representan los doce trabajos de Hércules.

El templo albergaba unas de las 7 maravillas del mundo antiguo, la estatua de Zeus. La crisoelefantina estatua fue esculpida por Fidias (sobre 440 a.C.) , con 12 metros de altura, estaba hecha de mármol, oro y marfil, sobre una estructura de madera. Zeus aparecía sentado en un trono,con la estatua de la diosa de la Victoria en la mano derecha y un cetro a la izquierda y a sus alrededores otras esculturas representativas de la mitología.

En la actualidad no queda de él más que algunas columnas y el perímetro de la planta, tras sufrir varios terremotos y la orden de destrucción llevada a cabo por Teodosio II